Consejos para controlar los nervios en un examen

Controlar los nervios en un examen

Los nervios no son buenos compañeros y pueden jugar malas pasadas en momentos importantes como por ejemplo durante un examen. Seguro que si eres estudiante sabes perfectamente de lo que te hablamos y lo habrás vivido en más de una ocasión. ¡Qué frustrante resulta quedarse en blanco o no desarrollar bien una materia por estar demasiado nerviosos!

Por este motivo, hoy nos gustaría aprovechar este post para darte unos prácticos consejos que te ayuden a controlar los nervios en estos momentos claves. Respira hondo y toma nota, ¡verás cómo controlar tus nervios en un examen en posible!

Día previo al examen

Si aún te faltan varios temas por estudiar, olvídate de ellos. Las cartas están echadas y aunque lo ideal es que hubieras tenido tiempo suficiente para preparar toda la materia, cuando esto no es posible, darle vueltas a lo que te falta por estudiar solo contribuirá a que te agobies y te pongas nervioso.

Lo ideal es que el día antes del examen solo realices un repaso de la materia estudiada, haciendo hincapié en aquellas partes que se te atraganten un poco más o aquellas que sepas que tienen más probabilidades de ser preguntadas en el examen. Olvídate de comenzar a estudiar de cero: es el día del repaso, de acostarse pronto para estar descansado y de pensar en positivo.

Levántate pronto

El día del examen procura levantarte un poco antes de tu horario habitual para tener margen suficiente en el caso de producirse algún contratiempo.

Desayuna con calma y sal de casa con más tiempo para llegar sosegado al centro y tener tiempo de colocarte en tu sitio, repasar o echar un vistazo a aquello que creas conveniente. Si el tiempo te pisa los talones o pasa algo que retrasa tu llegada, te pondrás más nervioso y comenzarás el examen acelerado y sin estar al 100 % de concentración.

Técnicas de relajación

Aunque muchas personas no tengan fe en ellas, estas técnicas funcionan. Se basan fundamentalmente en ejercicios de respiración que te ayudarán a oxigenar, tener tus músculos más relajados y sentir menos presión.

Y a nivel mental, procura visualizar un sitio agradable, que te guste mucho, como por ejemplo tu playa favorita o el parque en el jugabas de pequeño. O simplemente piensa qué vas a hacer cuando salgas del examen. La idea es pensar en algo agradable que quite hierro al momento y te devuelva a un estado de relajación sin preocupaciones, el estado ideal para afrontar un examen.

Durante el examen

Y cuando llegue la hora de la verdad, relájate, respira hondo y ve leyendo despacio las preguntas. Si te quedas en blanco en una, no te quedes ahí atascado porque seguro que tu nivel de estrés aumentará y mucho más si estás pendiente de cómo pasa el tiempo mientras tú sigues sin responder. No pasa nada, sigue completando el resto del examen y es probable que, al responder otras preguntas, te vengan ideas y asociaciones que te permitan abordar esa pregunta que antes te paralizó.

No te lances a responder sin más. Párate a repasar mentalmente, haz un esquema en una hoja en sucio que te sirva de guía, o también puedes anotar esas pequeñas partes que temes se te puedan olvidar si no las apuntas ya. Después sí, ya es el momento de comenzar el examen que te llevará a alcanzar una gran nota.

 

La actitud positiva en los exámenes es fundamental aún cuando estos sepas que tienes mucho en contra. Es fundamental pensar así para afrontar la prueba con calma y conseguir unos resultados acorde con el esfuerzo realizado durante el año.