Todos llegamos al Erasmus cargados de ilusión, una maleta llena de ropa que no abriga y una cuenta bancaria que ya llora antes de aterrizar. El primer mes de Erasmus con poco dinero es una experiencia universal: ese momento mágico en el que intentas estirar 100 euros como si fueran el PIB de un país pequeño. Pero no temas, porque sobrevivir es posible (y hasta divertido) si sabes dónde cortar, dónde invertir y cuándo fingir que no tienes suelto.
Los primeros días son una mezcla de emociones, fiestas, matrículas, supermercados donde todo está etiquetado en otro idioma y decisiones cuestionables como comprar cinco tarrinas de hummus «porque estaban de oferta». En esta fase, lo importante es no caer en la trampa del «ya que estamos…»: ya que estamos en Roma, una pizza diaria. Ya que estamos en Praga, una cerveza más. Ya que estamos en Ámsterdam, tres bicis. Consejo de veterano: guarda ese entusiasmo turístico para más adelante o acabarás comiendo arroz blanco todo noviembre.
Y ahora, un clásico: ¿merece la pena irte de Erasmus aunque tengas presupuesto limitado? La respuesta es sí, mil veces sí. Lo único que necesitas es estrategia, sentido común y evitar a ese compañero de piso que quiere comer fuera cada día «porque estamos viviendo la experiencia». Es momento de hacer listas, usar apps de presupuesto, ir al mercadillo y aceptar que tu vida social será más «cafecito en casa» que «cóctel en rooftop».
Primer mes de Erasmus con poco dinero: consejos para no terminar comiendo sopas instantáneas
Ahora sí, pasamos a lo bueno: cómo sobrevivir al primer mes de Erasmus con poco dinero sin convertirte en ermitaño ni mendigar WiFi por las plazas.
Lista de trucos que tu yo futuro agradecerá:
- Haz equipo con tus compañeros: cocinad juntos. Un kilo de pasta dividido entre seis da para alimentar a una comuna hippie.
- Tarjetas y apps para estudiantes: descuentos en transporte, museos y, sí, hasta en kebabs.
- Compra segunda mano: desde bicis a toallas, todo puede costar la mitad si aceptas que alguien lo usó antes.
- Evita el supermercado caro: cada ciudad tiene ese súper donde todo es «orgánico y local» y te cobran 9 euros por una lechuga. Corre.
- Presupuesto semanal, no mensual: así no te emocionas demasiado el primer finde.
- Haz amigos locales: además de aprender el idioma, sabrás dónde está la comida buena y barata.
Así que ya lo sabes: el primer mes de Erasmus con poco dinero no tiene por qué ser un drama. Con un poco de ingenio, muchas risas y algún que otro sándwich reciclado, saldrás ileso y más sabio. Y oye, si sobrevives a eso, ¡ya tienes medio Erasmus hecho!




